jueves, 18 de noviembre de 2010

La felicidad absoluta no existe

La felicidad absoluta no existe. Afrontémoslo, y no es algo negativo. Y voy a explicar el por qué de estas dos afirmaciones. Vivimos en una sociedad, debemos relacionarnos con un medio, por lo tanto no podemos hacer lo que querramos porque sí. Para ser completamente feliz, lo más cercano es quedarse sólo. Y eso a la larga te hace infeliz, no creo que alguien pueda decir que es feliz estando totalmente aislado de todos. Entonces, para vivir en una sociedad, uno tiene que ceder a veces, de un modo balanceado, cedo algo que quiero por tener algo que no quiero perder, y el/los/la/las demás ceden algo para no perderme ¿sencillo, no? El resultado es que la felicidad ABSOLUTA no existe, pero si existen los momentos de felicidad, y una vida feliz. Los momentos felices hacen que olvidemos todos los malos, un momento feliz es capaz de eliminar varios, o muchos momentos tristes o infelices. Una vida feliz es un trabajo de toda la vida, valga esta redundancia, porque para ser tener una vida feliz uno tiene que aprender que debe ceder, que los demás cederán si uno se lo merece, si uno hizo “méritos” para ello. Para tener una vida feliz uno debe aprender que la felicidad absoluta no existe, porque todo lo absoluto es egoísta.

Para ilustrar un poco lo que comento se me viene a la mente el último libro de la saga “Fundación” de Asimov. En un mundo llamado Solaria, de un tamaño más o menos como el de la Tierra, viven solamente 1200 habitantes, cada uno de ellos con sus miles de hectáreas para plantar y proveerse de sus necesidades. Viven solos, sor hermafroditas y tienen sólo un hijo para dejar como heredero de sus tierras. Llegaron a este estado de organización social porque de este modos, según ellos, pueden estar lo más cerca de la Total Felicidad, hacer lo que quieran sin que nadie los juzgue ni los limite, claro, están ayudados por decenas de robots. Pero aún así tiene que seguir en contacto visual holográfico con los otros habitantes para acordar trueques comerciales o decidir situaciones concernientes a las políticas globales. Por eso ellos sostienen que todavía no son totalmente felices, porque tienen que seguir en contacto con otros. (http://es.wikipedia.org/wiki/Solaria)

Como vemos, la búsqueda de la felicidad absoluta tiende a llevarnos a la soledad, así que es mejor buscar una vida feliz, con todo lo que la vida implica.

Live long and prosper. (and Happy)



viernes, 15 de octubre de 2010

El juego de la vida - cuentito cortito

Se encontraba mirando a través de la ventana, las luces de la ciudad le daban paz y calma al dí que había pasados, rutinario, estresante y chato como siempre, por lo menos desde su punto de vista. Pero tenía su departamento, sus muebles, sus pequeños lujos, hasta su amante dormía en su cama. Pero algo parecía no cerrar, a su vida le faltaba el sentido, podía sentirlo, y deseaba cambiar algo, no sabía que, pero deseaba fervientemente cambiarlo. De pronto una luz le cegó los ojos y se dio cuenta que todo a su alrededor se detuvo, las luces del tránsito que miraba desde la ventana de detuvieron, ya no se escuchaban sonidos, se volteó a mirar el reloj y estaba detenido. Entonces advirtió la presencia de un hombre joven, vestido cómodamente de blanco, no un blanco puro, sino un blanco más natural, camisa sin botones, pantalón cómodo y sandalias. Y para su sorpresa en lugar de asustarse lo saludó: -"Hola de nuevo Ash'tos, pensé que no tendría otra oportunidad", Ash'tos respondió -"Siempre hay oportunidades, las oportunidades son infinitas, sólo espero tu llamado, pero claro, las reglas son reglas", y prosiguió -"¿Hasta dónde volvemos?". Debía responder, y ahora todo había cambiado, su mente estaba clara y parecía recordar todo, conocía al joven hombre, conocía su nombre, conocía las reglas que rigen la vida humana, o en realidad, el juego de ser humano. Respondió clara y seguramente -"Volvamos a cuando tenía 23 años, cuando elegí mi primer trabajo, creo que ese fue el desencadenante de este vacío" -"Si esa es tu decisión, allá vamos, ¿sabés que vas a hacer?" -"Por supuesto, elegiré trabajar en la Fundación antes que en la multinacional, no creo que extrañe nada de esto"... En un instante se encontraba mirando un teléfono, marcando un número, y a la mitad del mismo colgó. Cambió el número a marcar y concretó una entrevista con la Fundación, sabía que su trabajo tendría que tener algún sentido humano, algo que supere sus expectativas personales. Luego miró a su lado, sentado estaba Ash'tos, quién preguntó -"¿Procedemos? Todo cambiará, no recordarás nada de esto, no recordarás nada de lo vivido antes, volverás al punto donde nos encontramos por última vez, y sólo apareceré cuando lo pidas como debe ser, como siempre", -"Si, Ash'tos, se que es tu obligación mencionar esto cada vez, ¡ya hemos vivido esto miles de veces!" -"Es el juego que elegiste ¿te gusta jugarlo? Acepta las reglas" -"Por supuesto me gusta y acepto las reglas, y cuando termine, es muy posible que lo juegue de nuevo, no me veo siendo guía como vos!" -"Algún día querrás serlo, también es divertido, ¡no sólo atiendo tus llamadas, sino las de muchos otros!. Pero basta de charla, tengo cosas que hacer"... Inmediatamente todo se convirtió en un escenario totalmente diferente... Se encontraba mirando a través de la ventana las flores, los árboles y a sus hijos jugando con en el parque de atrás de su casita, no estaba en el centro de la ciudad y no era muy grande, tampoco poseían lujos ni iban todos los años de vacaciones, pero se sentía muy bien, había ayudado a hacer muchos cambios en muchas personas a las que les había cambiado la vida, estaba feliz con su matrimonio y tenía ganas de seguir haciendo cosas. Por ahora no quería cambiar nada, todo es su vida había salido más o menos como lo quería, y todo había pasado por algo, para llegar adonde estaba. Y estaba bien...



Nuestro presente conciente está hecho de los recuerdos del pasado. Somos lo que hemos vivido. P
iensen que si por alguna razón una mañana nos levantáramos con todo un nuevo set de recuerdos, con un presente totalmente diferente, no podríamos notar la diferencia. Si ese fuera el juego, si se nos permitiría cambiar nuestro destino en cualquier punto, las veces que quisiéramos, con la sola condición de tener en nuestra mente sólo una de las vida vividas, tendría un significado muy importante: luego de varias pruebas y errores, al final habríamos vivido la mejor de las vidas que podríamos haber vivido, y ese me parece un hermoso juego, en el que siempre ganamos, y esa me parece una visión de la vida muy optimista ¿no lo pensás así?

viernes, 8 de octubre de 2010

Sincronizados


Hace unas semanas hice un pequeño viaje al mediodía al centro de la Ciudad de Buenos Aires, yo trabajo al Sur de esa ciudad. Tomé el 152 y debía caminar algunas cuadras. Instintivamente con la masa de gente con la que me encontré en un semáforo crucé la calle, pasé el Ministerio de Economía, la Casa de Gobierno, ya estaba en Plaza de Mayo, pasé por la Pirámide del mismo nombre, ¡todo a una velocidad cercana a la de una competencia de marcha atlética!.

Justo antes de cruzar el semáforo que está en la esquina de la Catedral, vi a varias personas queriendo ganarle al amarillo, y algunos se animaron a correr al rojo. Entonces mis pensamientos retrocedieron unos segundos, paré, volví unos pasos atrás y saqué con mi celular esta foto que aunque de poca resolución, reflejaba como corríamos con el tiempo, por el tiempo, al son del reloj…(está editada, la calidad y los colores originales eran realmente malos y el efecto queda bien, no?). Tres relojes, en una misma vista, evidenciando el paso del tiempo...

En ese instante empecé a caminar más lento, empecé a observar a los demás, a respirar tranquilamente, y sentí que sacando esa foto, había disfrutado unos segundos de libertad del tiempo. Muchas veces nos sentimos que corremos a la par del tiempo, analicemos un poco la rutina de cada día. Nos levantamos, nos bañamos, nos vestimos, desayunamos, viajamos, llegamos al trabajo, almorzamos, y así todo el día, estamos sincronizados con los relojes, esclavos del tiempo.

Ahora, ¿somos esclavos del tiempo o nos hacemos víctimas de él por costumbre? Desde ya que hay que estar “sincronizado” con el resto de la sociedad, al menos los días laborales, pero desde este pequeño lugar de la red, insto a todos a escaparnos de esa esclavitud cuando sea posible. Disfrutar de nuestros hijos, mirar hacia arriba en la ciudad y ver las cúpulas de lo antiguos edificios, parar nuestro caminar y admirar el cielo 30 segundos, leer un artículo que nos interese, lo que nos puede llevar un par de minutos, tomar un té o un café disfrutando esos minutos, los ejemplos los pone cada uno, hay infinitos como seres. De esos momentos de disfrute se hace la vida. Les dejo una pequeña historia, gracias al aporte de mi esposa, Florencia. Acá va, tómense otros 2 minutos.

Hasta la próxima

El buscador

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador.

Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.

Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada. Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.

De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción . "Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días". Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía "Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas". El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba los 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

- No ningún familiar - dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?. El anciano sonrió y dijo:

-Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre.

Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fue lo disfrutado., a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. Conoció a su novia y se enamoró de ella, ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?. ¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?. Y después. la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? . ¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo?, ¿Y el casamiento de los amigos.?, ¿Y el viaje más deseado.?, ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano.?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?. ¿horas?, ¿días?.

Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Somos lo que creemos ser


Primera entrada de mi nuevo blog. Pienso, luego existo. Las ancestrales enseñanzas herméticas dicen que todo es mental, que la mente crea todo. Es decir que Matrix es un rejunte de estas filosofías y las orientales, todas de más de 5000 años de antigüedad, pero no por ello imposibles. Y digo no imposibles porque nada lo es, que algo sea improbable es otra cosa. Pero aunque no creamos y pensemos que lo que nuestra imaginación hace se puede volver realidad, al menos no podemos ignorar que nuestro estado mental nos predispone diferente ante los eventos de cada día. Por lo tanto mente-psiquis-cerebro, en ese orden, de alguna forma definen como nos comportamos, reaccionamos y enfrentamos el mundo tal como lo vemos y sentimos.

Por último, fíjense en la frase anterior "aunque no creamos y
pensemos que lo que nuestra imaginación hace se puede volver realidad". Justamente esa limitación mental de no hacer nuestra imaginación en realidad es porque pensamos que es así, o creemos que es así, en realidad. Ahora, cambiar nuestras creencias es lo más difícil de hacer, porque nuestras creencias son la base de nuestra vida. Cambiar nuestra creencias, cambia nuestra vida.

Nos vemos la próxima.